martes, 19 de agosto de 2008

suceso en un dia que mire hacia atras

Abandoné la oscuridad y calma punta talón y recobrando del sueño y me dediqué entonces a abrir mis ojos pausadamente, a pasos de la calma paulatinamente me incorporé exhalando e inhalando con espacios mas prolongados, en el apogeo de la lucidez me dirigí sin ver hacia el calor agobiante que se desprendía del horno en plena cocción del ave, despojóse entonces el ave de sus colores intensos regresando sin temperatura a mis manos que lo devolvieron a la bolsa de empaque con su tamaño original. El hambre fue decreciendo en pocos instantes y me encontré luego en el sillón donde surgió mi idea de alimentarme, medio giro después me llevó de revés a hacia la puerta de entrada y desde el lado de afuera roté la llave dejando la casa segura. Me retiré de la morada que bien sabia no era mía y encontré sorprendida la llave en mi bolsillo. En el auto que acrecentaba mi distancia con el lugar volvieron a mi los nervios característicos de las cercanías a mi lugar de trabajo.
Ya en el espacio reducido del recibidor, colgué el abrigo y mis compañeros me dijeron hasta mañana, retiré mis pertenencias del bolso de mano, entre ellas la llave desconocida y las coloqué en el escritorio. Fue entonces el final del extraño suceso, luego la visión volvió y recorrí con el pensamiento de fin a principio lo que había pasado en la casa ajena. La extraña sensación antinatural se retiró y comenzó el día sin aparentes hechos novedosos. La calma de la mañana regresó y abrí los ojos.


Victoria Soledad Ballester