PARA LOS QUE DECíAN QUE ESTABA LOCA..

LA NADA

Sentada, escribiendo acerca de la nada, mientras unos lloran y otros comen, mientras unas duermen y otros miran televisión, ¿Y qué es la nada, sino la sensación de vacío? La sensación de que todas las cosas solo ocupan un lugar físico en el espacio, y que las emociones poco a poco se desvanecen por falta de estímulo. Es éste el aporte de una persona que poco más es, que un número en la sociedad y sin demasiadas pertenencias más que el hoy se dedica a organizar el mañana en unos pocos minutos.
Y es así como esperando momentos extremos, que se fugan en dirección a algún otro acogedor hogar, miro la aguja del reloj deslizarse despreocupada y elegante antes de que algún sonido llame mi atención. Pero parece ser un patrón existente entre las personas de mi edad, vivir al límite sin importar las circunstancias; y es ahí en donde permanece la diferencia, entre mi desahuciado Yo, y el aparentemente activo “Yo quiero ser”, este último cargado de esperanzas y proyectos, y el primero con meras intenciones abstractas y ninguna coherencia entre las causas y los efectos, con castillos entre nubes que cualquier persona normal ve caer, pero yo, por ser una persona que esporádicamente se sienta a pensar, parece que algunos pájaros se me pierden de rumbo y es así como dejo volar hasta lo mas profundo de mis sensaciones.
Ser un incomprendido social, no depende de uno pero uno puede hacer mucho para que esto se dé, de cualquier forma supongo que es divertido que la gente exclame, y componga esas expresiones extrañas cuando sonrío con emoción por el simple hecho de escuchar una buena melodía en la radio. Si eso es ser incomprendido, pues entonces que viva la incomprensión, que fluyan por fin los momentos en que las personas se sienten fuera de un mundo creado por un ser humano totalmente enajenado y con una concepción totalmente descabellada de la vida.
Es así, que en el medio de la nada me encuentro, y aquí, en donde las figuras divagantes ocupan el lugar mas frecuente de los cuerpos y cada encuentro con la durísima y fría verdad es lo mas cercano al absurdo, nada pesa mas que el alma, porque el alma es quien aquí da las cátedras acerca de la vida. El dolor la tristeza y la soledad son tan fugaces como el silencio, pero la alegría el bienestar y la paz son igualmente perecederos y es de esta manera por que todo radica en el alma y la mente frívola y distraída se divierte y divaga junto con todos lo elementos que componen mi existencia.
Y como nada parece retornar del éxodo, mi cuerpo reconoce una extraña pero agradable sensación de libertad, cual si se revelaran antiguas musas frenéticas y descontroladas, se agita todo mi universo, y sin alguna razón pero con un método conmovedor y desconocido, me decido a escribir, sin saber que significa, sin saber que tan bueno será y solo en el último punto, puedo retirarme y descansar.


Nosotras no estamos locas!!!!!!



Victoria y Soledad BALLESTER